Incapacidad permanente que causa la esquizofrenia, dependiendo de su grado o tipo de incidencia de la enfermedad, puede dar lugar a una incapacidad permanente total, absoluta o causar incluso la gran invalidez.
La esquizofrenia como enfermedad incapacitante laboralmente
La esquizofrenia, según la OMS se caracteriza por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más comunes son el hecho de oír voces y los delirios.
La esquizofrenia, también según la OMS se caracteriza por una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más comunes son:
Alucinaciones: oír, ver o percibir algo que no existe.
Delirios: ideas persistentes erróneas de las que el paciente está firmemente convencido incluso cuando hay pruebas de lo contrario.
Conducta extravagante: aspecto estrafalario, abandono del aseo personal, discurso desorganizado, vagabundeo, habla balbuceante.
En la actualidad la jurisprudencia no duda en admitir que las enfermedades mentales son constitutivas de una incapacidad permanente, reservando el grado de incapacidad permanente absoluta a las patologías más graves, como es «la depresión mayor grave con síntomas psicóticos en episodio único y de tipo crónico, sin respuesta terapéutica»
Cuando un diagnosticado de esquizofrenia puede solicitar la Incapacidad
La cuestión fundamental se encuentra en que en que es importante «determinar» el momento en el que surge la incapacidad y determinar el origen de la misma, pues no es igual la protección que desata un riesgo común que uno profesional, ni la base reguladora, ni la responsabilidad en el pago de la prestación, etc.; en tanto que la víctima de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional se beneficia de un trato más favorable.
La alteración grave de la salud exigida para la calificación de una incapacidad permanente alude a que «las diversas enfermedades deben ser intelectualmente integradas y valorarse la totalidad de ellas en su conjunto, de tal modo que aunque los diversos padecimientos de su estado patológico, considerados aisladamente, no determinen un grado de incapacidad, sí puede llevar a tal conclusión si se ponderan y valoran conjuntamente, con independencia de la contingencia común o profesional que las haya originado», y todas deben ser apreciadas en su conjunto para determinar, vista la situación que presenta el trabajador, el grado resultante ligado a la naturaleza de los padecimientos y de las limitaciones que generan en el trabajo».
La doctrina de la Sala de lo social del Tribunal Supremo ha calificado de invalidez absoluta supuestos de depresión, inhibición, negativismo y esquizofrenia.
La esquizofrenia como incapacidad permanente absoluta
El trastorno mental diagnosticado como esquizofrenia, puede afectar a las funciones más esenciales de la vida, ya que el comportamiento puede estar gravemente alterado en algunas fases de la enfermedad y acarrear consecuencias sociales adversas. La firme creencia de ideas falsas y sin ninguna base real (delirios) es una característica de la enfermedad.
Tipos de esquizofrenia como enfermedad incapacitante
Hay diversos tipos de esquizofrenia clasificados en cuatro formas clínicas: simple, hebefrénica, paranoide, y catatónica. No obstante, el DSM-IV y la CIE 10 han incorporado variantes sindrómicas en vías de validación.
En atención a esta clasificación se distinguen las siguientes sintomatologías:
la simple, se caracteriza por un empobrecimiento de la relación social, conductas extravagantes y lentificación del pensamiento;
la hebefrénica, es una forma juvenil de afectividad inadecuada, risas inmotivadas y vacías, apartamiento social, preocupaciones absurdas, etc.;
la paranoide, más tardía, se manifiesta con ideas delirantes y alucinaciones, y se confunde con la paranoia o psicosis paranoide si dominan las ideas delirantes secundarias, si bien antes o después aparecen las primarias que son totalmente inconexas y hay trastornos del lenguaje o del pensamiento;
la catatónica, se caracteriza por agresiones físicas, repeticiones de palabras y conductas, rechazo de la comunicación, rompe con formas normales de relación, se llega a formas graves e incluso dejan de comer.
La jurisprudencia en la incapacidad permanente por esquizofrenia
En los pronunciamientos jurisprudenciales se ha atendido a cuatro aspectos fundamentalmente para determinar la existencia o no de una incapacidad permanente y del grado correspondiente: el tipo de esquizofrenia que padecía el actor; la alteración psicológica y cognitiva que le ha provocado; la duración de la enfermedad y su resistencia al tratamiento.
Por ello, cuando lo que padece el actor de la Incapacidad Permanente es un trastorno de la personalidad esquizoide, no se le reconoce ninguna limitación de la capacidad laboral «no está impedida para la realización de todo tipo de actividad laboral ni indica alteración alguna en ningún área que merme su capacidad laboral».
Cuando es un trastorno psicótico encuadrable «como esquizofrenia paranoide, con síndrome delirante crónico (…) aun sin deterioro cognitivo, es un cuadro grave que afecta a su juicio crítico para la valoración de la realidad y afecta de modo grave a su voluntad por los intensos factores estresantes que conlleva su actividad profesional (profesora de primaria), presenta serios problemas de adaptación social que en ocasiones pueden manifestarse por conductas antisociales y es un cuadro irreversible y de evolución crónica que se desencadenada por el ambiente laboral y por ello se acuerda la jubilación por incapacidad permanente».